Tiene una población de 59 mil 200 habitantes y aquí es difícil hablar de una actividad preponderante, ya que lo basto de su extensión geográfica, lo vuelve polifacético.
Su cabecera municipal, Santa Rosalía, está enfocada a la pesca, el comercio y la minería. En la comunidad de Mulegé, un extenso oasis, al igual que San Ignacio, se aprovecha más el turismo cultural y de aventura. La Pacífico-Norte es reconocida mundialmente por la pesca de abulón y langosta con calidad de exportación, mientras que en la parte de Guerrero Negro, se encuentra la productora de sal más importante del mundo, así como también se da la extracción de yeso y más al norte está la región de El Vizcaíno, netamente agrícola.
Sin embargo, hay muchos más recursos naturales que no han sido aprovechados, como la zona de Bahía Concepción, hermosa y extensa laguna costera muy codiciada por desarrolladores turísticos, pero que no han logrado pagar el precio, además de que los ejidatarios, que son propietarios, no quieren que se pongan en riesgo los recursos naturales.
En la zona montañosa del centro del municipio se ubican las fascinantes pinturas rupestres, que fueron hechas por los primeros pobladores de estas tierras y que se destacan por ser figuras humanas de tres a cinco metros, lo cual alimenta las versiones de que los antiguos californios eran personas de una gran altura.
Mulegé es un municipio que difícilmente se puede recorrer en el corto tiempo, por eso es recomendable dividirse por etapas, que pueden ser la zona de Mulegé y Santa Rosalía, donde se pueden conocer las pinturas rupestres de San Borjita y Santa Teresa. Luego está la zona de San Ignacio, lugar en que se encuentra la misión del mismo nombre y que es un lugar bastante apacible.
Desde ahí se pueden viajar unos 40 kilómetros para llegar a la laguna de San Ignacio, sitio de avistamiento de la ballena gris. Luego está la Pacífico Norte, donde hay diversas comunidades agremiadas en cooperativas, que se dedican a la actividad pesquera con calidad de exportación, al establecerse que las aguas de esa región son de las más puras del planeta.
En Guerrero Negro, la visita a la salinera es un espectáculo sin precedente, lo mismo que a la yesera de la Isla de Cedros. También se puede viajar desde ahí a la laguna Ojo de Liebre, para observar a la ballena gris, ya que es el sitio donde se presenta la mayor arribazón.
En el Vizcaíno se puede conocer parajes y los campos de cultivo de fresa, chile, tomate, higo y otros productos que se dan en la zona.
O sea, el municipio de Mulegé es tan extenso como la diversidad de opciones que tiene para ser visitado y por qué no, hasta invertirle ahora que aún es tiempo.
Explora todas las posibilidades y quédate con la que más te guste, ya que cualquiera que esta sea, no te arrepentirás.