Al celebrarse el Día Nacional del Maíz, ambientalistas y productores rurales pidieron al gobierno federal prohibir el cultivo de transgénicos.
Con una serie de actividades realizadas por la organización Sin Maíz no hay País en el zócalo capitalino, los inconformes sostuvieron los transgénicos representan un riesgo para la diversidad de los granos nativos del país y la autonomía alimentaria de México.
Durante su permanencia en la explanada de Palacio Nacional, los integrantes de la organización dibujaron con granos de diversos colores, el mapa del Distrito Federal.
Al respecto, la representante de Greenpeace-México, Cecilia Navarro, aseveró que en todas las entidades del país se hacen verbenas y actividades para representar este grano fundamental en la historia y la cultura nacional.
Con un programa de actividades que durará todo el día, los integrantes de dicho movimiento realizarán varios performance, talleres y conferencias sobre soberanía alimentaria, así como eventos culturales que incluyen la presentación de obras de teatro guiñol, una exposición fotográfica, lectura de poesía y presentación de grupos musicales.
El documento leído, a los que se sumaron decenas de asistentes a la plaza del zócalo con su firma, señala que desde 1994, con la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, aumentaron las importaciones de granos básicos de Estados Unidos arrasando con la producción nacional.
El objetivo de conmemorar este Día Nacional del Maíz 'es decir que tendremos paz, no más transgénicos', y se analizará la política alimentaria que con la situación de violencia que se padece en algunas partes del país, afecta a los campesinos, sostuvo Navarro.
"Queremos la paz, las mexicanas y los mexicanos queremos alimentos campesinos; acabamos de lograr que el derecho a la alimentación sea consagrado en la Constitución, pero es fundamental que este derecho no sólo quede en el papel, si no que sea aplicado a la realidad", se indicó.
En el caso de este derecho, añadió la activista, se habla de alimentos seguros, adecuados en calidad y cantidad y que fortalezcan la soberanía alimentaria mexicana, así como que le garanticen a los productores los medios necesarios para producir.
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