De acuerdo con el doctor René Balandrán Quintana, investigador de este centro Conacyt quien encabeza el proyecto, la agregación de los aminoácidos, que son las unidades elementales de las proteínas, puede resultar en formas muy ordenadas de tamaño nanométrico.
Cabe recordar que un nanómetro equivale a la milmillonésima parte de un metro; un cabello humano tiene un diámetro promedio de aproximadamente 80 mil nanómetros.
“Se ha encontrado que las proteínas pueden formar materiales nanoestructurados, por ejemplo geles con la capacidad de encapsular a muchas moléculas en su interior, de manera individual, ya que el gel forma receptáculos nanométricos.
Nuestra línea de investigación consiste en explorar las proteínas del salvado de trigo para la formación de materiales nanoestructurados y/o nanopartículas”, explicó. Señaló que la mayor parte de las proteínas de salvado se encuentran en las células que conforman la capa más interna de la cascarilla, sin embargo, están envueltas en una pared de polisacáridos que difícilmente se pueden digerir, por ello, durante su tránsito por el intestino sólo se aprovecha una pequeña parte de las proteínas.
“Esto es lamentable porque las proteínas del salvado, que dicho sea de paso son de calidad superior a las de la harina, en términos nutricionales, se desperdician casi en su totalidad.
De ahí nuestro interés por darle una utilidad a estas proteínas, y consideramos que un enfoque nanotecnológico puede ser adecuado”, indicó. Las nanopartículas de origen orgánico se pueden utilizar como agentes encapsulantes y acarreadoras de moléculas que se degradan fácilmente, de manera que protegen el material encapsulado durante el procesamiento, manejo e ingesta, e incluso pueden entregarlo en las células precisas en que llevarán a cabo su función.
La elaboración de materiales biodegradables y la ingeniería de tejidos son otros campos donde las nanopartículas protéicas tienen aplicación. No obstante las posibles aplicaciones prácticas y las ventajas de estos materiales, el doctor Balandrán reconoce que aún falta mucho por investigar acerca de las posibles nanoestructuras creadas a partir de proteínas de salvado.
“Actualmente nos encontramos haciendo una caracterización completa de las proteínas del salvado que se utilizan como materia prima. Paralelamente se han realizado experimentos para explorar la factibilidad de formación de nanoestructuras y hemos encontrado resultados interesantes que nos indican que vamos por buen caminoo .
Por ejemplo, se ha observado la formación de nanofibras, las cuales podrían encontrar utilidad en la fabricación de materiales biodegradables, con propiedades físicas mejoradas. Como es algo nuevo, podría decirse que estamos en una fase de exploración”, puntualizó.
Adicionalmente, las proteínas se han utilizado para realizar otros experimentos en alimentos, pues la idea es un aprovechamiento integral de ellas. Hemos encontrado, por ejemplo, que los extractos crudos de salvado, ricos en proteínas, presentan actividad contra las polifenoloxidasas, enzimas que son perjudiciales para la calidad de frutas y hortalizas.
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