Quienes tienen algo de memoria, pero poco de científicos, seguramente la primera vez que escucharon de los neutrinos fue en la película “2012”, estrenada en México en el 2010 y que al estilo hollywoodense, exagera la nota y establece héroes en personajes comunes.
Posiblemente muchos pasaron por alto a los neutrinos, pese a que al inicio de la cinta, marcan la pauta de la trama luego de que un científico de la India descubrió que el Sol sufre las mayores tormentas solares en la historia, lo que ocasiona que los neutrinos empiecen a tener una serie de reacciones físicas que elevan la temperatura del centro de la Tierra, el cual literalmente estalla causando la destrucción del planeta.
Desde luego que esa versión fue descalificada en la vida real por los científicos, sin embargo hoy los neutrinos son nuevamente tema de reflexión y de análisis, pero con pruebas más contundentes, que pueden dejar por los suelos la teoría de la relatividad de Einstein, de que nada viaja más rápido que la luz del Sol.
Pero los neutrinos sí pueden hacerlo, según recientes investigaciones. Tratando de ser lo más simples posibles en la explicación, los neutrinos son partículas elementales subatómicas o sea, más pequeñas que un átomo, del tipo fermiónico, esto es, uno de los dos tipos de partículas que existen en la naturaleza (los otros son los bosones).
Se les considera de masa mínima, aunque en el modelo estándar, se ubica al neutrino como una materia sin masa, lo que les permite atravesar la materia como si viajaran en el vacío. Esto facilita que se desplacen a velocidades cercanas a la de la luz del sol, pero el reciente descubrimientos establece que incluso pueden ser superiores. El Sol es la principal fuente de generación de neutrinos.
Como no interaccionan fácilmente con la materia, escapan libremente del núcleo solar atravesando también la Tierra.
Además hay generadores humanos de neutrinos, como las centrales nucleares y en menor medida los aceleradores de partículas, conocidos también como colisionadores de partículas, que buscan imitar la acción de los rayos cósmicos en la atmósfera terrestre, con el fin de estudiar partículas exóticas e inestables. En la vida diaria estos aceleradores de partículas se pueden encontrar en una baja escala, en los tubos de rayos catódicos de televisores y equipos de rayos X.
Así pues, el experimento OPERA de la Organización Europea para la nvestigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) y del Laboratorio Nacional Gran Sasso, de Italia, encontró por accidente que los neutrinos superaron en 60 nanosegundos la barrera cósmica de los 299 mil 792 kilómetros por segundo establecida por la teoría de la relatividad. Se explicó que el margen de error es de 10 nanosegundos, luego de analizar 15 mil neutrinos que viajaron a lo largo de 730 kilómetros bajo la tierra, desde Ginebra, Suiza, hasta su detector en Italia.
Sin embargo, científicos en el mundo consideran que es muy pronto para celebrar este hecho, ya que la ciencia exige que los hallazgos sorpresivos se analicen, comparen y reproduzcan, antes de poner en duda la teoría de la relatividad de Einstein, que data de 1905 y que se debe revisar también un posible error en el experimento que ha arrojado las conclusiones difundidas recientemente.
Directivos de OPERA reconocen que es demasiado pronto para hablar de que la teoría de la relatividad está mal, aunque esta latente esa posibilidad, tras un resultado que consideran curioso que no se puede explicar. Las conclusiones del CERN se basan en resultados obtenidos por casualidad, mientras se estudiaba que en su camino, los neutrinos pueden cambiar de uno a otro de los tres que hay: electrónico, muónico y tauónico, en un proceso denominado oscilación y que también investigaban científicos de Estados Unidos y Japón y que son los que podrían confirmar o refutar el resultado de OPERA.
La teoría de la relatividad establece que si una partícula se mueve rápido, acelerarla cuestas más energía, de tal suerte que pretender empujarla a la velocidad de la luz, implicaría utilizar cantidades infinitas de energía, lo cual es imposible. En términos simples, no se puede acelerar una particular a la velocidad de la luz y mucho menos superarla. Si los neutrinos logran superar ese límite cósmico, la concepción actual del Universo se tendrá que replantear.
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